
El primer contacto que tuvo Adrián fue cuando su abuela le enseñó a hacer un nido de pájaros con una trenza de esparto. Su familia se dedicó a trenzar y coser esparto en Almería, antes de que la era del plástico invadiera nuestros hogares y la industria. Hoy ha recuperado algunas técnicas de la zona y ha complementado su formación con distintos Maestros Esparteros de València. Su pretensión es ayudar a divulgar un
conocimiento que nunca debería haberse olvidado.