Guardo un secreto desde niña, voy dibujando continuamente con el dedo indice (con la mano escondida en el bolsillo) todas las formas que me llaman la atención. Mis dibujos, por ser efímeros y secretos, son los mejores que podría hacer nunca, porqué nacen desde la libertad. El proceso de mi trabajo intenta ser libre como el dedo en mi bolsillo y es el color lo que me empuja a llevarlo todo a la tela. El color es poderoso, puedo usarlo como el abecedario de mis emociones y dejarlo fluir. Mi trabajo es abrir, aunque sea pequeño, un “agujero en el bolsillo”, para iluminar ese mundo oculto, maravilloso y frágil que escondo.
En Taller Balam participó en la exposición colectiva Con otro acento